Aula máxima de la UMNG. Se aprecia al fondo la pancarta sobre el III Foro de DDHH y DIH. Archivo fotográfico de la UMNG.

Jean Carlo Mejía Azuero. PhD
Profesor e investigador.

Estas palabras son un homenaje a las víctimas civiles y militares del aleve  ataque llevado a cabo por las otrora FARC – EP en el campus académico ubicado en las inmediaciones del Cantón Norte en la ciudad de Bogotá el 19 de octubre del año 2006.  La mirada  en esta ocasión no es jurídica, ni mucho menos desde el Derecho Internacional Humanitario tan hábilmente interpretado  por la JEP a favor de la victimaria en la decisión que decide amnistiarla y que hoy se encuentra en apelación.

Lo que buscan estas letras es mostrar algunos aspectos desconocidos por la comunidad en general alrededor del contexto y los hechos puntuales el día del ataque desde la memoria de los neogranadinos, así como lo que pasó en fechas posteriores. Claramente la perspectiva es la de alguien que estuvo en dicho escenario y que puede describir tópicos desconocidos por integrantes de la misma Universidad Militar Nueva Granada que ingresaron a estudiar luego del ataque y además también por  integrantes de las mismas  Fuerzas Armadas quince años después.

Plaza Cervantes momentos después del acto criminal en la UMNG. Se observa la cantidad de personas civiles y algunos uniformados. Fuente. Archivo fotográfico de la UMNG.

1. En el año 2003 bajo el liderazgo de algunos estudiantes y docentes de la casa de estudios neogranadina se creó el Semillero de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario como un escenario de sensibilización sobre estas trascendentales temáticas. Anualmente a partir del año 2004 se realizaban eventos académicos con el fin de recolectar ayudas para los más necesitados y generar en los estudiantes el amor por el servicio  sirviendo  y no solo hablando. Algo que después se convertiría entre los años 2005 y 2009 en una visión estratégica de la Facultad de Derecho y de la Universidad impactando positivamente a la comunidad desde las aulas. Durante meses habíamos preparado el foro del año 2006 que versaría en las fechas  previstas sobre  los derechos humanos de los pueblos indígenas.

2. El día 19 de octubre del año 2006 en la Universidad se estaba adelantando desde muy temprano el aludido III Foro de Derechos Humanos y DIH y se encontraba en nuestra Aula Máxima como ponente el recién llegado a Colombia representante de la Oficina de los DDHH de la ONU, el uruguayo Juan Pablo Corlazzoli, que contaba con una amplia experiencia en temas de conflictos armados y procesos de desarme, desmovilización y reintegración, especialmente en Centroamérica. Nosotros estábamos dando clase en otra Institución de Educación Superior ubicada en el gran campus académico en ese momento por agenda previa, a unos 250 metros del aula máxima. Era el segundo día del evento.

3. Al momento de la explosión del artefacto explosivo ubicado en un vehículo en el parqueadero entre la Escuela Superior de Guerra y la Universidad Militar Nueva Granada, las instalaciones universitarias estaban abarrotadas de público por el aludido evento; pero también en las aulas se estaban adelantando clases en la Universidad en otros programas académicos; el personal administrativo cumplía sus tareas y a menos de 300 metros también se adelantaban labores escolares en el Colegio Patria. Es necesario recordar que para el momento la población estudiantil neogranadina correspondía a un 70% de civiles y un 30% de miembros de las FFAA. Igualmente que la Universidad por Ley a partir del año 2003 no pertenecía al Sector Defensa.

Lugar de los hechos al fondo. Se observa en primera instancia el edificio de la Facultad de ingeniería de la UMNG y al fondo pegado el edificio de aulas de la Escuela Superior de Guerra. En este sitio indistintamente transitaban a diario militares, policías y civiles. Foto. Archivo fotográfico UMNG

4. En medio de nuestra clase de administración pública sentimos la fuerte explosión y unos breves instantes después se pudo apreciar la onda explosiva por la ventana con una imagen muy parecida a la que se puede encontrar en una carretera en tierra caliente cuando se ve en perspectiva a la distancia el pavimento. La primera idea que se nos vino a la cabeza es que estaban atacando desde la vía hacía la Calera la Escuela de Caballería o la Escuela de Infantería con cilindros bomba.

5. Una vez evacuados siguiendo el plan para el efecto y en medio de la incertidumbre, nos enteramos de que el ataque había sido en la Universidad Militar, directamente se señalaba que el mismo se había dirigido contra el representante de la ONU. Realmente la angustia en ese momento creció pues éramos los responsables de todo el evento, mismo que no se desarrollaba solo al interior del Aula Máxima de la Universidad sino en múltiples carpas ubicadas en la reconocida plaza Cervantes con exposiciones fijas y otras actividades de organizaciones promotoras de DDHH y DIH.

6. Llegamos prontamente al lugar de los hechos y todo era desolación y además temor; recordamos claramente la calma que transmitía el Representante de la ONU, enseñándonos sobre su experiencia en Guatemala y otros lugares de guerra. Pero nuestra gran preocupación también giraba en torno a nuestros estudiantes, invitados y demás personal de la UMNG. Hasta ese momento nadie hablaba de que el atentado hubiera sido en contra de la Escuela de Guerra que comparte tantos escenarios con nuestra casa de estudios. Sería luego de unos eternos minutos en donde se empezaría a visualizar lo que había sucedido realmente. Juan pablo Corlazzoli en una entrevista brindada en su país natal comentó claramente los eventos desde su vivencia. COLOMBIA Y EL POSTERGADO CAMINO A LA PAZ (studylib.es)

7. En medio de dicha situación de pánico, miedo y confusión las autoridades distritales, la Fiscalía y los cuerpos de emergencia acudieron rápidamente; todos estábamos ampliamente intranquilos por la salud de los heridos y claramente rogando para que no se hubieran presentado decesos. Como nuestro rector (el General y economista de la Universidad del Atlántico Carlos Leongómez Mateus) en ese momento siempre ha indicado, fue verdaderamente un milagro que la tragedia humana no hubiera sido superior.

Edificio “E” de aulas de la UMNG, que terminaría siendo con el de la Facultad de Ingeniería el más afectado en sus instalaciones por el ataque terrorista de las FARC el día 19 de octubre del año 2006. Fotografía archivo de la UMNG

8. Acordonada la escena primaria de los hechos de acuerdo con los protocolos correspondientes nos dirigimos al interior del Aula Máxima ya desocupada en donde evidenciamos los efectos de la explosión; luego ingresamos a los edificios de la Universidad y la afectación de la estructura de la Facultad de Ingeniería era evidente. Entre escombros pudimos llegar hasta el cuarto piso del bloque “E”, ubicado a una distancia ínfima del edificio de aulas de la Escuela de Guerra. Allí encontramos en un salón partes del cilindro de gas que tenía la camioneta usada como bomba. Nos enteramos que minutos antes de la explosión había finalizado una clase. Escalofrió todavía sentimos al pensar lo que hubiera podido suceder sí los discentes y su maestro hubieran estado allí al momento del ataque indiscriminado.

9. Cuando volvimos al primer piso afuera del Aula Máxima, en el parqueadero próximo a la entrada vehicular había ya una nube de periodistas que reclamaban explicaciones. Hablamos con el rector para solicitarle instrucciones, sobre todo porque se estaba afirmando desde el Ministerio de Defensa que la camioneta bomba había ingresado por la Universidad Militar. El rector nos delegó para atender a los medios y allí expresamos la indignación total por el atentado y las víctimas civiles y militares ocasionadas mostrando como en medio de un evento de DDHH y DIH, precisamente habían violado estos ordenamientos esenciales los violentos. Tanto la justicia ordinaria como la JEP ha acreditado más víctimas civiles que miembros de las Fuerzas Armadas en estos terribles hechos.

Fotografía desde el segundo piso del edificio E de la UMNG en donde se puede ver no solo la afectación directa a la universidad sino el lugar de los hechos. Fotografía archivo de la UMNG.

10. Obviamente la alta dirección de la casa de estudios ordenó la suspensión de todas las actividades académicas y [1]administrativas en la jornada. El foro se canceló totalmente faltando el día viernes en donde se tenían previstas otras conferencias y exposiciones. La indignación y el dolor eran increíbles pero también hasta el momento el agradecimiento porque la información era de que no había muerto nadie.

11. El día viernes fuimos convocados por la rectoría en horas de la mañana pues se esperaba la visita del entonces presidente y la cúpula militar; allí estuvimos los directivos de la Universidad y con el discurso del mandatario nos enteramos de más aspectos alrededor de la explosión de la camioneta bomba. ¿Quién iba pensar un año después, también en un mes de octubre cuando fue capturada alías “Lulu” de la RUAN (Red urbana Antonio Nariño de las FARC bajo la coordinación de Carlos Antonio Losada), que una ex alumna nuestra del Curso Integral de Seguridad y Defensa (2005),  quien además era estudiante al momento de la captura de la Facultad de Derecho a donde fue enviada para seguir haciendo  labores de inteligencia y que por otro lado frecuentaba nuestro semillero de DDHH y DIH los días sábados, siendo increíblemente ya hasta representante de curso, sería la gran victimaria? Que deuda tan grande tienen los ex miembros de las FARC con el país y el mundo al no contar la verdad sobre la combinación de todas las formas de lucha; de como infiltraron y “Capturaron” al estado y además ejercieron el cogobierno. Todos para las farc éramos en la práctica el enemigo interno.

Día 20 de octubre del 2006. Los medios tienen acceso al lugar de los hechos para presenciar el dantesco escenario. Fotografía archivo de la UMNG.

12. La indignación por el acto criminal creció, no solo en los miembros del semillero, sino entre toda la población universitaria y ese mismo viernes 20 de octubre decidimos actuar solicitando permiso para expresar a través de la protesta social pacífica nuestro rechazo. En una comunión maravillosa entre militares, policías y civiles, además acompañados por cientos de personas residentes del sector, salimos por primera vez en la historia como comunidad académica a marchar. Por toda la carrera once nos desplazamos hasta llegar el Centro Comercial Andino. La energía del momento no sólo era de rechazo al demencial acto terrorista, el cual se evidenciaba también con el apoyo de las personas en los carros y edificios, sino de solidaridad. Volveríamos a hacer lo mismo en el 2008 en la gran marcha contra las FARC; pero además en los grados del año 2006 y 2007 expresamos en las intervenciones pertinentes todo nuestro rechazo.

13. Los días que siguieron a los hechos fueron tristes; había muchísimo temor; estudiantes, profesores y algunos administrativos siempre nos indagaban acerca del porqué se había atentado de esa forma contra la UMNG y en plena semana de los Derechos Humanos.  Fue ardua la tarea para que como familia neogranadina pudiéramos explicar la necesidad del retorno y la generación de confianza.

14. A través de un llamado de la alcaldía y sus secretarias fuimos convocadas las universidades públicas de la capital para establecer estrategias y líneas de acción para impedir actos criminales similares. Se hicieron mesas de trabajo en la Universidad Nacional que contaron con nuestra presencia y el liderazgo del Semillero de DDHH y DIH. Allí se propuso entre otras cosas abrir un espacio de dialogo para decirle a los actores armados ilegales que las universidades son bienes civiles protegidos por el DIH. También propusimos una labor fuerte para lograr la señalización de las Universidades con los símbolos de protección del DIH y con el acompañamiento del Comité Internacional de la Cruz Roja. Hoy en día, amén de que la guerra continúa seguimos haciendo esa tarea a lo largo y ancho de Colombia, pues de DIH nadie hablaba, se le consideraba un derecho “esotérico”. Las primeras en rechazar el derecho humanitario fueron las FARC por décadas, hasta que aprendieron en la Habana por asesoramiento experto que dicho marco normativo era el único que les permitiría establecer un acuerdo especial para la terminación de la guerra y la amnistía más ampliamente posible, como sucedió con el caso de alías “Lulu”, bajo la premisa más política que judicial de brindarle confianza al hijo prodigo que regresa.

En primer plano se puede apreciar el salón en donde se incrustaría el cilindro de gas en donde se encontraban los explosivos. Hace parte de la UMNG y no en la Escuela Superior de Guerra. Según la JEP el uso de la camioneta bomba fue controlable y sus efectos absolutamente direccionados hacía blancos lícitos. En esta aula momentos antes había terminado una clase con estudiantes civiles. Los amicus y magistrados de la Sala de Amnistía ni siquiera fueron ni conocen el lugar. Fuente. Archivo de la UMNG.

¡Loor a todas las sacrificadas víctimas del ataque criminal y terrorista del 19 de octubre del 2006 en el campus académico ubicado en el norte de Bogotá!  Sus nombres, apellidos y vivencias las conocemos así como los efectos sobre su salud física y emocional todavía.  Desde el 2007 poco se ha hablado de ustedes como seres humanos, de nuestra Universidad y el contexto de los hechos, porque increíblemente el show ha estado alrededor de los victimarios.  Lo de la UMNG y la ESDEG no puede volver a ocurrir jamás… Jamás.

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