Feliz día del padre

Feliz día del padre

Jean Carlo Mejía Azuero.

Solo entendemos el sentido de la vida cuando nos convertimos en padres y abrazamos llorando de felicidad a nuestros hijos por primera vez.

Abandonamos nuestro ego el día que entendemos que nuestros niños y niñas merecen lo mejor y que el mundo no gira alrededor nuestro sino de ellos y la familia. Ya no somos los primeros; el hogar es lo importante porque es la estancia predilecta de Dios.

Tomamos consciencia sobre nuestro rol humano cuando escuchamos el primer «te amo papito». Desde ese instante la vida no vuelve a ser la misma. Jamás un amor será más puro y sincero.

El alcance real del servicio desinteresado y del amor en el trabajo se entiende mejor cuando sé es padre. El padre se esfuerza, el padre trasnocha, madruga, corre a urgencias ante el menor síntoma de enfermedad de alguno de sus retoños. El padre se disfraza, infla bombas, las desinfla y cambia de lugar veinte veces los arreglos de una piñata para que todo se vea mejor. Lo hace por amor. Sus hijos merecen cada gota de sudor.

El padre actual cambia pañales, calienta teteros, baña a sus bebés, los viste y aunque comete mil errores al principio, sustraerse de tal placer es imposible. Los hijos despiertan la ternura más profunda y nos regresan al mundo de los juguetes, la inocencia, la verdad y lo bueno.

Los padres siempre quieren cambiar para mostrar su mejor cara. Algunos apenas conocen que van a ser papitos dejan de fumar, hacen dieta, vuelven al ejercicio, estudian todo lo relacionado con el cuidado del bebe. Ser padre es una bendición diaria.

Los padres actuales acompañan a sus hijos en el estudio, recogen notas, luchan por salir más temprano de sus trabajos para estar con sus retoños. Los padres cocinan, lavan ropa, tienden camas y valoran la labor de las mamitas.

Hoy les quiero desear a todos los papitos que tengan el día más bello. Qué sean bendecidos por la labor que desempeñan y por el rol que cumplen. Quiero desearles que puedan disfrutar de sus hijos, estar con ellos físicamente, para verlos crecer, reír, llorar, esforzarse y además superarse.

A aquellos padres que tengan a sus papitos en el cielo les envío un abrazo inmenso también. Jamás olvidemos que los padres con su esfuerzo, superación y constancia ayudan a mejorar el mundo.

Puedes seguir a Mundo 7/24 en Facebook y Twitter.

Sobre el Autor

Jean Carlo Mejía Azuero

Docente de planta de la Universidad Militar Nueva Granada en la Facultad de Derecho Campus. Asesor y Consultor Internacional.