Quiero decirte que hoy provocas nostalgia en mí. Hoy extraño la libertad que tenías, esa seguridad de saber que el sol saldrá mañana para vivir, jugar y fantasear con la imaginación, para reconocer sin miedo ni falsedad todo lo que a tu alrededor está. Siempre dabas por sentado que naciste para ser feliz, pues somos temerosos por enseñanza.
Hoy quiero encontrarte y reconocer quien eres; esa personita que jamás pensaba en el sufrimiento, en el fracaso o que algo fuera imposible en la imaginación, que tenías la certeza de que la vida y tu nacimiento eran para lograr lo que tu mente y corazón sentían.
Hoy te busco en el otoño de mi vida y digo otoño porque cada día resta tiempo a mi existir. No quiero renunciar a buscarte y encontrarte, pero hoy siento tristeza de no poder reconocerte, por embriagarme de este mundo tan pueril y fuera de sí, donde solo importa una ficticia posición social, donde los éxitos cuentan por cuanto tienes y que marca de ropa usas o que personaje está a tu lado, donde tus errores te vuelven vulnerable y te hacen creer que no encajas en ninguna parte. Pues sábete que vales por lo que piensas y sientes, por el simple hecho de haber nacido y respirar.
Hoy comprendo y estoy convencida que la trascendencia de tu vida está en darle valor a lo simple, a lo menos complejo, a lo que tu alma siente, aunque lo pienses absurdo.
Me doy cuenta que lo que crees como “fracasos” de pareja, de trabajo, como madre, hija, hermana, de someterte a esta sociedad mayoritaria que busca la aceptación y aprobación de los demás y viceversa. Todo hoy me parece vanidad; vanidad de vanidades.
Hoy entiendo que jamás te fuiste, que no te perdí y que sigues ahí, detrás del “muro de piedra y lodo” que tú misma construiste.
Reconozco que tienes la capacidad de volver a recrear la vida con la que naciste, que no hay fracasos, que nunca nadie más decidirá por ti, ni dirigirá tu rumbo; que eres mujer, la Reyna de la procreación, luchadora incansable, la que llora en silencio y después de hacerlo se levanta más fuerte, la que por ella se conquistan reinos, por la que se inspiran poetas, músicos y escultores. Eres el motivo, principio y final de todo, solo por ser quien eres: ¡Mujer!
Quiero que sepas que hoy redescubrí que tienes más valor y fuerza de lo que yo misma creí. No hay fracaso solo aprendizaje y crecimiento. Nada te derrotará mientras tu determinación y temple sean lo suficientemente poderosos.
Hoy te pienso, te escribo y definitivamente te digo que aún estás viva. Mujeres como tú y todas, hacen que este mundo día a día sea mejor, eres mucho más de lo que programaron en tu mente y corazón; este día te quito la venda y te reprogramo, admira al mundo como antes lo veías: ¡maravilloso! ¿Eres un milagro? Sí, pero además creas milagros al dar vida, tienes el honor de saber que esto continúa por ti, que el mundo avanza para bien a pesar de tus detractores.
Me siento tan bien que hoy reconozco que tú eres yo y que siempre has estado dentro de mí, hoy te encuentro y libero de ese muro de dudas, miedos y falsos fracasos. Eres libre y doy permiso para que todos vean y sepan que eres el más fino perfume que inunda con su aroma al mundo.
Me alegro de verte nuevamente, nunca más te perderé, tú eres yo y yo soy tú.
Envía tus preguntas y dudas a: delamanoconlamune@mundo724.com
Puedes seguir a Mundo 724 en Facebook y Twitter, o suscribirte aquí a la Newsletter.