Estimados lectores, uno de los temas que más llama la atención, por la controversia que genera y porque de una u otra forma crea consciencia social ante situaciones que a primera vista pasan desapercibidas a nuestro alrededor y aveces con nosotros mismos, se trata de la LEALTAD y la DESLEALTAD. Éstas se reflejan diariamente en nuestro entorno o incluso en aquellas personas que tienen el “poder” para manejar los destinos de muchos seres en la comunidad.
¿A qué llamo lealtad, y por qué es tan importante en la vida de todo ser humano?, desde mi punto de vista, son todos aquellos valores que se deben poner en práctica en nuestro día a día; todo aquello que nos permita seguir siendo fieles a nuestros principios y convicciones, llevándonos a actuar de una manera correcta ante las diversas situaciones que se nos presentan en el transcurso de nuestras vidas.
La vida me ha enseñado que las personas LEALES son las más calificadas para ser líderes y/o administradores, para tomar las riendas de todo lo que emprenden; las personas leales carecen de protagonismo, no quieren un reconocimiento por parte de los demás, sino la satisfacción de servir, la cual se ve reflejada en el fruto de su trabajo, se esfuerzan día a día en extendersen y dar mucho más, logran generar empatía en las personas.
Ahora bien, por alguna razón están en vía de extinción y es necesario procurar su conservación, sacarlos del anonimato para crear esa cultura de líderes que no tengan miedo de seguir sus convicciones y valores, que empiecen a desarrollarse y a mostrar sus fortalezas, su ímpetu, su garra. ¡Ahí están! solo se les debe dar un empujón, para que empiecen a salir, para que rompan la cáscara y se liberen sin miedo.
Por otra parte, las personas que son desleales, les apasiona el reconocimiento público, así no sea su propio mérito, son hipócritas, envidiosos, egoístas y no les importa pasar por encima de los demás, apoderándose de un terreno que no les pertenece. Se apoyan entre ellos mismos, y aun peor, a la hora de tener que pasar por encima de los del propio “clan” no tienen el menor reparo.
Ahora, ¿cuál es nuestro verdadero problema ante esta situación?; la pasividad ante este tipo de comportamientos, el pensamiento de que alguien más lo arreglará, el espíritu independiente de un “eso no es conmigo”, llegando a la indiferencia ante una situación que nos afecta a todos. Esto no nos permite avanzar como una sociedad unida con objetivos claros y comunes y es esto lo que nos pone actualmente en una etapa crítica.
Y entonces llega una etapa en la que estas personas comienzan a involucrarse en cargos políticos, a convencer a otros con sus ideas y filosofías de una manera destructiva. Para terminar engañando hacia una rebelión abierta, donde las personas ganan adeptos para utilizarlos de una manera negativa, líderes falsos con creencias inadecuadas, que lo único que generan es polarización en los miembros de la sociedad.
Generemos una cultura de alianza donde podríamos llegar a pensar y hacer las cosas de una manera diferente, donde se crean comentarios y pensamientos adecuados, donde se respeten las ideologías de los demás, donde se busque el bien común.
Somos generadores de llaves para la cultura de la lealtad y frente a esto podemos reconocer cinco (5) Llaves fundamentales: La primera llave es el viento del norte donde la gente desleal no es bienvenida, La segunda llave es la poda constante, donde debemos día a día mejorar nuestras actitudes y pensamientos, agradar y servir a nuestra comunidad, La tercera llave es crear fuego, donde debemos crear condiciones para identificar los elementos desleales dentro de nuestro entorno; es muy importante detectar esas cosas negativas, para mejorarlas y arreglarlas, La cuarta llave, por su parte, solo trabaja con personas dispuestas, las personas que se sienten a gusto son leales, no hay nada mejor que trabajar con una persona dispuesta y aportante, La quinta y última llave está en cada uno de nosotros, tener claros nuestros valores y principios; ya que esto ayuda a detectar todos
esos comportamientos erróneos que ponen en peligro el buen funcionamiento de nuestra organización o sociedad.
La lealtad demanda una persuasión completa, y para ser un miembro valioso se debe ser comprometido de una manera desinteresada y convencido de corazón. Ser franco genera esa persuasión; franco en cosas tan simples como manifestar algo en lo que no se está de acuerdo de una manera respetuosa o algo tan importante como las finanzas, una persona leal es transparente y clara en lo que dice.
En algunos casos la lealtad nos costará relaciones y amistades, porque una persona leal no titubea a la hora de decir la verdad, actúa con base en sus principios y no con sus emociones, también nos puede costar cosas materiales; si bien lo pensamos, en la vida se nos presentan oportunidades valiosas las cuales pueden ser correctas o incorrectas, ahí es donde debemos elegir qué vale más para nosotros.
La gente cuando es potencialmente desleal exhibe un comportamiento muy particular que es la mala reacción en tiempos de presión o crisis, no es un apoyo en resolución de conflictos sino una “traba”.
Un líder debe ser activo, preparado ante cualquier situación que se presente, con mente fuerte, lúcida y con toma de decisiones acertadas.
En conclusión, nosotros como líderes debemos ser analíticos en cada decisión que tomemos, ya que de una u otra manera esto afectará nuestra vida y la manera en que nos ven los demás, porque como líderes debemos ser un ejemplo de lealtad y buenos principios, tener muy presente esas cinco (5) Llaves que nos guían y nos aportan una ruta, un mapa, una brújula en medio de este océano llamado Vida, permitiéndonos llevar de la mano a todos aquellos que nos siguen.
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