Jean Carlo Mejía Azuero. MCL – PhD.
Docente e investigador.
Asesor y consultor internacional
Un 2 de abril, hace 230 años nacería en Villa del Rosario (Norte de Santander), tal vez el colombiano más importante de todos los tiempos, comparado con Antonio Nariño, José María Cordova o el tan mentado en estos tiempos, José Prudencio Padilla. Hablamos de Francisco José de Paula Santander y Omaña.
Simón Bolívar lo llamaría el organizador de la victoria e igualmente el hombre de las leyes. Pero Santander fue y es mucho, pero mucho más.
A él debemos nuestra estirpe civilista, democrática y liberal. Santander, su presencia y estatura humana e histórica nos recuerdan día a día, así no tengamos consciencia sobre:
1. El significado de la democracia real.
2. El valor del derecho por encima de la violencia, incluso organizada.
3. La importancia de los pesos y contrapesos en la política cuando se ejerce el poder.
4. La valentía militar, acompañada de la franqueza y el liderazgo entre sus hombres. Su posición en la campaña libertadora, con la de otros granadinos al emprender el paso del páramo de Pisba en la junta del llano de Miguel, no tiene comparación histórica.
5. El significado de la logística para un Ejército y sus alcances prácticos.
6. La real importancia del planeamiento, la organización del estado y las responsabilidades de los servidores públicos.
7. El entendimiento de la lealtad, sustentada en que siempre hay que decirle lo que sé piensa a los jefes, bajo la egida de los valores y principios propios. Los principios no se negocian enseñó Santander.
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8. La importancia de separar la educación de la religión y la separación del estado y la iglesia.
9. La importancia de la subordinación del poder militar al civil. Siendo vicepresidente y encargado de funciones presidenciales en la gran Colombia toda persona observaba al entrar a su oficina la Constitución de 1821 abierta y debajo su espada. Enseñaba que la espada de los libertadores estaba al servicio de la ley y que jamas dicha arma blanca podía revelarse contra las normas. La Constitución de 1821 era abiertamente centralista y él federalista, sin embargo defendió la ley por encima de su pensamiento personal. Todo un ejemplo para los llamados «institucionalistas» de hoy día, que hablan de defender y amar las instituciones pero las corroen desde adentro.
10. La existencia y empoderamiento de una marina de guerra y la infantería de marina.
11. El manejo de la hacienda pública y la responsabilidad que entraña. Es histórico el buen manejo de la economía colombiana a nivel histórico. Eso es herencia de Santander.
12. El concepto de país – región y la trascendencia de lo local.
13. La importancia real de las libertades públicas, las garantías y los derechos humanos.
14. La importancia del conocimiento jurídico para la defensa de la población y el estado. Los críticos de Santander argumentan sobre su posición sobre la normatividad a través de la expresión del sentido de coercibilidad y el positivismo. Santander buscó con disciplina que se cumplieran las normas y no se tomarán las vías de hecho; esto fue esencial en ese contexto histórico. Aluden a los «santanderismos» aquellos que le endilgan al procer los excesos de trámites para resolver temas en una sociedad. Frente a este punto existen varias posiciones: a. Una que alude al desprecio por el cumplimiento de las normas; b. El desprecio por el cumplimiento de formalidades de todo tipo; c. Existencia de trampas en la redacción de normas (micos legislativos por ejemplo); d. Leguleyadas o interpretaciones amañadas. Ninguna de estas prácticas acompañó Santander, todo lo contrario lo demuestran la mayoría de historiadores. Estas críticas partieron de algunos bolivianos, liberales «ministeriales» y luego algunos miembros del partido conservador. No de todos.
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Algunas reflexiones a mano alzada sobre la jornada electoral
15. La estructuración y aplicación de la diplomacia y el derecho internacional como elemento tradicional en Colombia.
16. El sentido y alcance real del fuero militar y la condición de ciudadano del soldado.
17. La necesidad de organizar desde el ejecutivo el poder de policía, la función de policía y la actividad en dicho ramo. Eso da orden, esencial para entender la libertad.
18. La defensa del uti possidetis iuris en defensa del territorio nacional. Esto claramente permitió la defensa de la Nueva Granada luego de la disolución de la Gran Colombia.
19. El valor del respeto del pueblo por parte de los soldados y demás servidores públicos. Santander representa no sólo el carácter como nota esencial de la burocracia nacional (desde una acepción no peyorativa) sino el deber del cumplimiento de los deberes para lograr el bien común, la felicidad en la sociedad.
20. Santander representa el rechazo al autoritarismo por parte del colombiano; el rechazo también al militarismo guerrerista exacerbado.
21. El General Santander en su vida personal fue todo un ejemplo. Tanto lo amaban sus seguidores y su legado en el estado de derecho, cumbre del liberalismo, que luego de su muerte en las elecciones presidenciales bajo la Constitución de 1843, de manera informal se ejerció el sufragio en apoyo de su viuda, la señora Sixta Pontón Piedrahita en 1852. El significado real de tal episodio tiene repercusión hoy frente a los derechos civiles y políticos de las mujeres.

Francisco de Paula Santander. Foto colección personal Jean Carlo Mejía Azuero.
Gracias a las armas obtuvimos la libertad completa en 1823 luego de la batalla del lago de Maracaibo, con la sobresaliente participación del gran Colombiano, José Prudencio Padilla, luego fusilado en medio de una dictadura demencial. Pero las leyes lentamente nos han dado libertad, por ejemplo con el reemplazo de muchas normas heredadas de la corona española entre 1851 y 1853 y cuando se logró el gran paso, con la ley 153 de 1887 que en su artículo 15 reza:
«ART 15. Todas las leyes españolas están abolidas. »
Esa ley, aún vigente, la 153 del 28 de agosto de 1887, en nuestro sentir es la mejor ley promulgada en Colombia, tratando todos los temas, incluso los militares. 135 años de libertad a través de las normas de calado profundo, gracias al santanderismo. Feliz cumpleaños padre de la Patria.